La triple pandemia y sus efectos en la vida de las mujeres ecuatorianas

Lilia Rodríguez
Lilia Rodríguez

Presidenta CEPAM

27 de abril de 2020

El mundo sufre una pandemia global según la definición de la Organización Mundial de la Salud, originada en la expansión del COVID- 19, que afecta a la población de 185 países en el mundo[i], tiene una alta letalidad y consecuencias económicas, políticas, culturales, y sociales.

En Ecuador, la emergencia sanitaria ha puesto en evidencia la desigualdad y la debilidad del Estado y las políticas públicas para atender adecuada y oportunamente la salud de la población. Guayaquil es ejemplo del manejo errático del problema, el déficit en infraestructura, recursos humanos y materiales, la escasa coordinación de las autoridades nacionales y locales, y la imposibilidad de contar con datos confiables, incluso de fuentes oficiales.[ii]

En el transcurso de estas seis semanas de cuarentena dos pandemias adicionales, silenciosas, pero igualmente letales se han hecho presentes, afectando la vida, el bienestar y la tranquilidad de las familias ecuatorianas: la económica y la violencia intrafamiliar y de género. En cuanto a la económica, las estimaciones de la CEPAL (20 abril 2020) son pesimistas y ha comparado la situación actual como una “economía de guerra”, que incrementará el desempleo y la pobreza en América Latina. “El número de desempleados de la región llegaría a 37,7 millones, un aumento cercano a 11.6 millones con respecto al 2019. Ecuador decrecerá en -6.5% de su PIB[iii] y se perderán unos 508 mil empleos.[iv]

Los efectos de las pandemias sanitaria, económica y de violencia intrafamiliar y de género son diferenciados por ingresos, género, etnia, edad, ruralidad, donde las desigualdades se ensañan con las poblaciones más pobres, las mujeres, niños y adolescentes, las personas adultas mayores.   La desigualdad de género tiene impactos al menos en tres esferas: trabajo de cuidado y organización familiar, la violencia machista, y la generación de ingresos y trabajo remunerado.

 

Los trabajos de cuidado y organización familiar

Incluyen mantenimiento, reparación, gestión de la vida doméstica, pero sobre todo atención a las necesidades de afecto, cuidado y vínculos sociales.[v] Según la Encuesta de del Uso del Tiempo (2012), El tiempo semanal que dedican las mujeres al trabajo no remunerado llega a 31:49 horas, frente a 9:09 horas de los hombres.[vi] Esta diferencia ha sido confirmada por una publicación del enero del 2020 basada en encuestas del 2016 y 2017. Son las mujeres que hacen 84.6% del cuidado de los niños, 79.0% del cuidado o apoyo de personas con discapacidad, 71.3% de las actividades de solidaridad como el apoyo a la comunidad y el 67.5% del cuidado en el ámbito de la salud. Además, son responsables por un 86.3% de las actividades culinarias, 83.6% de cuidado de ropa y 69.8% del mantenimiento del hogar. El tiempo dedicado al trabajo de cuidado, depende del nivel de ingresos de las familias, si viven en la ciudad o en el campo, de la educación, el número y edades de los hijos, la presencia de otros adultos mayores o con necesidades especiales.[vii] En tiempos de COVID-19 y de confinamiento,  las mujeres han asumido mayores responsabilidades,  que si bien pueden tener “apoyo” de sus parejas o de otros miembros de la familia, siguen siendo principalmente su responsabilidad, incluyendo el trabajo doméstico,  aprovisionamiento de alimentos, limpieza, supervisión escolar, atención a enfermos o de personas mayores o con discapacidad.[viii]

La Organización Internacional del Trabajo advirtió que en los tiempos del COVID-19 “Si no hay un reparto igualitario del cuidado de los niños o de las tareas domésticas, serán las mujeres las que se encarguen de la escuela a distancia, de asegurar que haya comida y suministros, de hacer frente a esta crisis”.[ix]

Violencia machista

El confinamiento ha generado cambios en las relaciones humanas, familiares y sociales. El miedo, la incertidumbre económica por pérdida de ingresos, tienen efectos todavía no estudiados por los psicólogos e inciden en las relaciones de pareja y familiares.  La violencia contra las mujeres se puede llamar una pandemia silenciosa que se contagia a través de la discriminación, la desigualdad y el machismo.[x] La violencia machista no es algo nuevo, En Ecuador, 6.5 de cada 10 mujeres han sufrido violencia y 4 de cada 10 mujeres ha sufrido violencia sexual.[xi] .  Este tipo de violencia puede verse agravada por la dificultad de acceder a anticonceptivos o a la píldora de emergencia por el confinamiento, con efectos en la salud sexual y reproductiva de mujeres, adolescentes y jóvenes.

Según la Encuesta sobre la Situación de la Niñez y Adolescencia, realizada por UNICEF y el Observatorio Social del Ecuador en 2019, el 38% de los niños y adolescentes han sufrido maltrato extremo violento.[xii] Al menos tres de cada diez niños, niñas o adolescentes han sido víctimas de delitos sexuales. El 65% de casos de abuso sexual fueron cometidos por familiares o personas cercanas a la víctima.[xiii] Durante la emergencia hay mayor vulnerabilidad y dificultad de pedir ayuda.

En la Fiscalía General del Estado, entre el 16 de marzo y el 4 de abril se receptaron 186 denuncias de violencia sexual. La mayoría de esos casos ocurrió mientras las víctimas se encontraron en sus casas.[xiv] #Quédate en casa por tanto, no es la mejor opción para mujeres, para niños/niñas, adolescentes  que viven con hombres agresores y abusadores. El temor a represalias del agresor o por la dependencia económica son factores que inciden en la decisión o no de pedir auxilio.

La Fiscalía activó la denuncia en línea por casos de violencia contra la mujer y registró 10 femicidios hasta marzo de este año.[xv] La Defensoría del Pueblo abrió un enlace de “contáctanos” en su página web, mientras el Consejo de la Judicatura extendió la atención a violencia sexual durante la cuarentena a 24 horas para juzgar a los violadores en contexto de la crisis.[xvi] Estos esfuerzos siendo importantes se encuentran con dificultades de acceso de las víctimas a la información, tecnología, y en ocasiones con poca colaboración de miembros de la Policía encargados de aplicar la ley.[xvii]

La Secretaría de Derechos Humanos impulsó la campaña nacional de difusión de números de auxilio 911 y 1800DELITO. Durante el mes de marzo se receptaron 8.196.[xviii] . Igualmente se ofrece Servicios de Protección Integral en 45 oficinas a nivel nacional.[xix]

La Red de Casas y Centros de Atención, integrada por 16 Centros de atención y 6 casas de refugio en 16 provincias del país, gestionadas por organizaciones de mujeres, en convenio con la Secretaría de Derechos Humanos, viene trabajando en asesoría psicológica, legal y social. CEPAM siendo parte de la Red, ofrece servicios online en Quito y Rumiñahui donde se han realizado 1013 atenciones a niños/niñas, adolescentes, mujeres y hombres, entre el 16 de marzo y 19 de abril[xx]

Ingresos y trabajo remunerado

La segregación ocupacional basada en género, ubica a las mujeres de manera preponderante en el sector formal e informal, en ocupaciones de menor prestigio y menor remuneración. La brecha salarial de género persiste como obstáculo para la autonomía económica de las mujeres y reproduce patrones de desigualdad.[xxi] Durante la emergencia, las mujeres han debido dejar sus ocupaciones o reducirlas. Los sectores económicos feminizados son el turismo, hotelería, restaurantes, pequeño comercio.[xxii] En las zonas rurales, el 61% de las mujeres incluidas mujeres indígenas trabajan en actividades de agro producción y son ellas que en mayor medida aportan a la soberanía alimentaria en actividades agrícolas y crianza  de animales menores y aves,[xxiii] sin embargo son invisibles a la hora de definir políticas públicas que les facilite el acceso a la tierra, crédito, tecnología, capacitación y mercados.

Frente a la apremiante situación económica de los hogares,  muchas mujeres han priorizado la sobrevivencia familiar, dejando en segundo plano las situaciones de violencia y maltrato. El confinamiento impide las denuncias. De hecho las llamadas telefónicas pidiendo auxilio por violencia se redujeron,[xxiv] en parte por la priorización económica y en parte por la falta de privacidad, el temor de salir del domicilio para pedir ayuda o a las represalias de sus agresores.

Conclusiones

La reclusión y alejamiento social adoptados como medidas de prevención, nos ha obligado a re-pensar el sentido de la vida y de la humanidad. Nadie se salva solo, la interdependencia muestra la fragilidad de la individualidad y la fortaleza del colectivo. Las múltiples y espontáneas iniciativas de solidaridad y apoyo surgidas en medio del dolor de los que perdieron seres queridos, quedaron sin empleo,  que no pueden cubrir necesidades básicas, de las mujeres que batallan en el encierro con la violencia machista, de niños/niñas y adolescentes atrapados en laberintos de explotación y abuso, nos muestran que el deseo de vivir es más fuerte y es capaz de renacer en muchas vidas.

Si es verdad que todas las epidemias han conducido históricamente a cambios profundos en la organización de la sociedad, entonces estamos en el momento de construir un nuevo sistema de valores basados en la inclusión y la equidad. La salud, incluida la salud sexual y reproductiva, la educación, alimentación, vivienda digna, la seguridad, no son mercancías, son derechos humanos básicos, esenciales para un desarrollo integral. Recuperar el papel del Estado, adoptar políticas públicas para la protección social con equidad e inclusión considerando la diversidad territorial, étnica y las brechas de género es esencial. Facilitar las tareas de cuidado, los medios de vida de familias de bajos ingresos, particularmente de mujeres que viven violencia, jefas de hogar, mujeres rurales e indígenas, es una prioridad. Transparentar la información, contar con datos desagregados que orienten la toma de decisiones, es una exigencia ética.  No hacerlo, conlleva efectos devastadores como los que estamos viviendo, la pobreza y la desigualdad social y de género no son sostenibles, al contrario, son generadores de precariedad, inseguridad y violencia.

Como CEPAL advirtió, “es importante que el tiempo de las mujeres no se convierta, como ha sucedido a lo largo de la historia, en un factor de ajuste del que los Estados disponen para afrontar la crisis y los nuevos escenarios económicos” y que “uno de los desafíos más importantes que tiene la región es la reorganización social de los cuidados para alcanzar la plena corresponsabilidad entre el Estado, el mercado y las familias.”[xxv]

[i] “COVID 19 Dashboard” de la Universidad Johns Hopkins, cifras del 25 de abril del 2020. gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6

[ii] Existen al menos 4 fuentes de datos oficiales con distintas cifras. New York Times,20/04/2020, sugiere que la cifra de muertes podría ser 15 veces más alta que el registro oficial de víctimas.

[iii] Comisión Económica para América Latina, CEPAL. Informe especial. COVID-19 # 2 “Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar la reactivación, 17 de abril 20/20

[iv] Declaraciones del Ministro de Producción Iván Ontaneda sobre escenarios laborales, 20 abril 2019

[v] Economías feministas: la revolución de los afectos www.economiasolidaria.org

[vi] Encuesta del Uso del Tiempo 2012, Consejo Nacional para la Igualdad de Género

[vii] Encuesta Trabajo No Remunerado del INEC 2020: https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estadisticas_Economicas/Cuentas_Satelite/Cuenca_satelite_trab_no_remun_2017/3_Boletin_Tecnico_CSTNRH.pdf

[viii] https://www.revistaamazonas.com/2020/04/01/cuando-quedateencasa-no-es-una-opcion-una-lectura-feminista-de-la-reproduccion-social-de-la-vida-en-la-pandemia/

[ix] https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-03-11/coronavirus-will-make-gender-inequality-worse

[x] https://www.france24.com/es/20200324-coronavirus-mujeres-latinas-violencia-trabajo-informal

[xi] Encuesta de Relaciones Familiares y Violencia de Género INEC 2019: https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estadisticas_Sociales/Violencia_de_genero_2019/Boletin_Tecnico_ENVIGMU.pdf

[xii] https://odna.org.ec/wp-content/uploads/2019/02/Situacio%CC%81n-de-la-nin%CC%83ez-y-adolescencia-en-Ecuador-2019.pdf

[xiii] Consejo Nacional para la igualdad intergeneracional 2017

[xiv] Nota El Comercio, 20 de abril

[xv] Datos de la Fiscalía General del Estado hasta abril 2020

[xvi] https://www.elcomercio.com/actualidad/delitos-sexuales-denunciados-aislamiento-coronavirus.html?fbclid=IwAR18-0d7llDE1_1NYBFgYI1oMHj2ofP2vhP0gkGe4a4je5ZUVXdA-jyifxA

[xvii] Observaciones de equipo técnico CEPAM realizadas durante la cuarentena,  en atención a mujeres que enfrentan violencia

18 Análisis de intervención  de la SDH a emergencia por violencia contra la mujer a partir de registro de llamadas de auxilio del sistema ECU 911, (11 abril 2020)

[xix] Análisis de intervención de la Secretaría de Derechos Humanos a emergencia por violencia,( abril 2020)

[xx] Documento de sistematización de atenciones ofrecidas por CEPAM en las áreas de Trabajo Social, Legal y Psicología, entre el 16 de marzo y 19 de abril 2020

[xxi] Autonomía De las Mujeres e Igualdad en la agenda de desarrollo sostenible. XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Montevideo 2016

[xxii] https://www.france24.com/es/20200324-coronavirus-mujeres-latinas-violencia-trabajo-informal

[xxiii] Agenda Nacional por la Igualdad de Género 2014-2017

[xxiv] Análisis respuesta Secretaria de Derechos Humanos ante la emergencia, a partir del registro de llamadas de auxilio al 911 (11 abril 2020)

[xxv] https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45335/1/S2000261_es.pdf